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EN SU ESPLENDOR
DE DÍA, TARDE Y NOCHE.
EL 2018
ECLIPSE AWARD
La historia
del Eclipse Award no es demasiado extensa y preferiría contarla a mi manera,
sin profundidades, quizá para andar por tal camino con menos riesgos de errores
cuestionables y, además, creo conviene el ejercicio mental. Esta modernidad
señala que, la memoria, de no usarse, termina en olvidos irremediables (no hay
redundancia) aunque por ahí se pudo leer que descubrieron vacuna. Ese mal, con
nombre alemán, sueco, no sé.
En mis años
mozos por allí en El Nacional (Venezuela), entre otros con los colegas Visconti (recién
ido) y hace rato también de viaje y sin permiso alguno, Paco Andrade, Pedro Juliac,
Castro Pimentel, José Moradel, Miguel Otero Silva, mi tocayo Oscar Guaramato, Rubén
Mijares, tal reseña de los premios universales del hipismo se mantenían en
pauta y eran celebrados en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, quizá con
menos pompa que hoy, pero eran noticia obligada.
Supimos del
premio inaugurado en 1971 cuando Cañonero (campeón de tres años) mientras Ack
Ack era elegido Caballo del Año (buen semental y excelente abuelo materno) y el
entonces muy joven Laffit Pincay Jr ganaba su primer Eclipse.
Panamá (cuna
de los mejores jockeys, su emblema) también contaba con Braulio Baeza y, entre
ellos, Jorge Velásquez y Jacinto Vásquez quienes pese a su fama y muchos
clásicos y carreras, jamás ganaron el premio, como tampoco lo obtuvo el
bastante ganador Alex Solís. Baeza en cambio lo ganó al menos par de veces y
era ponderado por sus excepcionales virtudes. Con los cinco obtenidos por
Pincay, Panamá, país, suma siete logros.
En lo
individual, el astro Jerry Bailey es el máximo con siete estatuillas, la más
reciente esa de 2003 cuando ya era estelar comentarista para radio y TV. Una
vez ponderó a Javier Castellano, cuando luego de una rodada, montaba sobre
Bernardini en la 2006 Breeders Cup Classic.
--Espero sea
lo suficientemente profesional para el compromiso, él lo sabe, tiene que estar
físicamente bien-- dijo
Se hizo la
carrera y ganó Invasor. Bernardini segundo luego de varios clásicos en fila
incluidos el Travers y la Jockey Club Gold Cup pasando por el Preakness Stakes.
--Todo en
orden. Invasor es superior y a Bernardini le tocó perder, concluyó Jerry
Bailey.
Hacía ver
que Castellano hizo todo como el gran atleta en plenitud y de forma
absolutamente responsable, aunque Bernardini no ganó.
Eso era en
2006, repito. Javier Castellano, de quien soy fanático y admirador (lo tengo
como uno de mis hijos) muchos lo saben además de Alfonso Rodríguez Vera. Él estaba
lejos de su primer Eclipse, ganado en 2013 porque Ramoncito Domínguez había
hecho obligado mutis. Javier reconoció lo dicho y le hizo correspondientes
honores a su inmortal compatriota. A mucha honra.
El segundo
más ganador con seis Awards es Laffit Pincay Jr.
Luego siguen
igualados con cuatro, otro Salón de la Fama, Pat Day, y Javier José Castellano.
Solo que Javier, único, lo hizo en años sucesivos, desde el 2013 ya dicho hasta
2017 cuando aparecieron los hermanos Ortiz.
Algunos
amigos poco recuerdan o lo ignoran que lo mejor del Zulia (después de Luis
Aparicio y el General Urdaneta) no era segundo de nadie en Florida, que se
manejaba con tres hipódromos. Las estadísticas eran ampliamente dominadas por
Eibar Coa Monteverde. En especial Calder Race Course, ahora llamado Gulfstream
Park West. Allí conquistó varias estadísticas en fila y sumó récords
históricos.
Castellano,
dije, se fue al norte donde están los caminantes blancos sobre la nieve. Dos
años le bastaron para dominar Nueva York, ganarse a la gente y los amigos
invariables, entre ellos muchos de la prensa, quienes aseguraban por los medios
disponibles, The Blood Horse y The Daily Racing Form, donde dan cabida a
periodistas de verdad. De no ser graduados, que tengan credenciales probadas.
--Es el
jockey de mayor proyección y de más progreso en la Nyra (New York Racing
Association) en los últimos años.--
Eso advertían
para entonces los colegas de Nueva York.
Hoy
Castellano es aparte de todo, señor jinete, ciudadano y caballero ejemplar. Y
Salón de la Fama. Como Ramón Alfredo Domínguez, quien saltó a dicha gloria
rompiendo todos los esquemas pese al rigor y enorme celo que en tales casos
suelen exigir los votantes. NTRA, The Daily Racing Form, National Turf Writers y
Broadcasters (NTWAB)
Algunos, no
todos, lamentamos como este humilde que Javier Castellano no aparece entre los
nominados (3) aunque no se extrañen si logra algunos votos. Que importa. Tuvo
un año excelente, como el del veterano Mike Smith (ya dos veces ganador) el
astro Jhonny Velázquez y Joel Rosario, muy buen análisis del Potro Roberto.
A propósito.
Nadie “se hace caballero” cuando se monta sobre un caballo. O yegua (sería yegüero)
El Quijote en cambio, sí, pero él era un Don, además de virtuoso en el
discurso, poeta y loco señor.
La gran dama
de la escena, el micrófono y la distinción, Janine Edward, conducirá el
ceremonioso acto de entrega de los Eclipses. Creo será en el paddock,
especialmente acondicionado para la cena de gala, el 24 de enero.
Silla
individual, 425 dólares. Para diez, cuatro mil.
Lo presenta
el Daily Racing Form, la organización Breeders Cup y por supuesto el Grupo
Stronach.
Vestidos
para la ocasión.
Coleados,
abstenerse.
En fin. En
aquellos años, cuando era posible y no habíamos renunciado a ti, como volviendo
de los sueños, sugeríamos darle distinción a los campeonatos hípicos.
En Venezuela, nacía el Casquillo de Oro. Emblemáticos esos años de los que alguna vez fuimos un poco más que protagonistas, aparte de entusiastas promotores a mucha honra.
¿A DÓNDE VA QUALITY ROAD?
No seré el primero. Tampoco el único impactado
por la proyección de Quality Road
(Elusive Quality) cuyo salto subió a 150
mil dólares en el Lane’s End’s Farm para
este año.
Creo que algunos colegas habían señalado algo
al respecto luego del seguimiento de sus más sobresalientes ganadores clásicos.
Entre ellos, City Of Light, ganador de la Breeders Cup Mile en Del Mar con Javier
Castellano, aparte de otras, y firme aspirante para los nueve millones del Pegasus World Cup de Gulfstream Park el
sábado 26 de enero. Ignoro si Castellano
se decidiría por City Of Light,
“millero” nato por lo visto.
Para ir al grano como decía mi abuela, cito a Salty, Road To Victory, el promisor
Roadster, Spring Quality el de EE.UU, Iluminant, Klimt…
Foto tomada www.turfdiario.com
No crean que olvidaba a Abel Tasman la formidable campeona que acaba de ser vendida a Coolmore en cinco millones de dólares,
seguramente para salto de Galileo. O
a la campeona Bellafina que viene de
un triunfo espectacular en el Santa Ynez
Stakes, tras soberano galope, parando en el tramo final, dando inicio a un 2019 expectante, señalamientos hechos
por prensa de EE.UU.
Bellafina, nominada para campeona de dos años (Eclipse Award) contra la casi invicta Jaywalk, desde ahora está siendo
promocionada para las Oaks de Kentucky,
o sea el derby de las potrancas, en el que ganó igualmente su hermana paterna, Abel Tasman.
Se verá. Bellafina
por ahora brilla como el oro y su precio temprano fue de 800 mil dólares para los colores del Kaleem Sha, aquellos que
fueron del gigantón Dormund y Bayern,
cuando estaban en la cuadra de Bob Baffert.
Hemos nombrado a Jaywalk y valdría la pena resaltar que estuvo arriba de Bellafina en la Breeders Cup Juvenile Fillies, hilvanando su cuarto
triunfo en cinco. Ella es hija Cross
Traffic, a su vez por Cure The
Blood. La madre de Cross Traficc,
Lady Pewitt, por el sprinter Orientate. Verán, pues, algunos nombres
sonoros en Venezuela.
Queríamos llegar hasta Spring Quality, la invicta criolla criada en el Spa La Primavera de mis dilectos amigos,
cuna de Osar Legend (Venezuela), de manera que casi soy caballo. Por donde
lo miren es un soberano honor tener a una Quality
Road en la llamada cría nacional, honores en consecuencia, para todos, como
hacen sin reserva alguna en las tierras de Kentucky.
No tengo a mano mayores datos sobre Duce Tonet, la madre de Bellafina. Sus tres
primeros abuelos paternos son, Empire Maker, Seattle Slew y The Minstrel…
Dios y La Virgen le den buena vida y salud a Spring Quality. Que la moledora ya
saben a qué me refiero, y la molienda que virtualmente arrasó con lo que
parecía una buena generación, la anterior, no la castigue y pueda, en fin, ir
hacia mejores logros y destinos que se pueden alcanzar.
Hubo un poema que me intrigaba desde la niñez
y de eso hace mucho, claro, pero decía de los sueños y las metas, humanas
ambiciones como trepar hasta las más altas montañas, subir, subir, sin caer ni
desmallar nunca.
De eso sabe, y bastante, César Paparoni. Es más que
amigo, un hermano con sobrada clase.
KITTEN’S JOY 2018 LIDER SOBRE CANDY RIDE
La 2018 estadística
de padrillos fue para Kitten’ s Joy por poco menos de un millón arriba de Candy
Ride. Su hijo mayor productor fue Hawkbill un seis años del Godolphin (criado
en Kentucky por el Hill’n Dale Farm) ya retirado, mayormente con campaña en
Europa y unas cuantas veces en Woodbine, para promediar alrededor de cuatro
millones de los 18 también en promedio del afamado campeón de los Ramsey.
Candy Ride
tuvo su máximo sumador en Gun Runner con los 7 millones (suficiente,
suficiente) del Pegasus World Cup de Gulfstream Park.
Sigue Scat
Daddy que murió en 2015, pero dejó al triple coronado Justify, Caballo del Año
(por nombrarse en la ceremonia del Eclipse)
Cuarto el
formidable Into Mischief (150 mil) padre de Audible y luego el moro Tapit que
se anota con Unique Belle su estelar y mayor salto en 225 mil dólares en el
Ganesway Farm.
La lista de los primeros diez cierra con Curlin (Good
Magic) Quality Road (City of Light) More Than Ready (Roy H) Looking At Lucky
(Accelerate) y Flatter (West Coast).
Se cansa uno
(como lo advertía Omar Lares, periodista venezolano, en otro sentido) nombrando más de esa larga estadística
de maravillas, o del mejor lomito equino, según las reseñas del mejor de los
columnistas hípicos de todos los tiempos.
EN EL UMBRAL
DEL PEGASUS WORLD CUP
Gulfstream
Park tiene en su programación del sábado 19 los Sunshine Millions para
maduros, cuatro y más años. Dos en turf, la central sobre arena y una más para
sprinters.
El siguiente sábado (26 de enero desde luego) será el gran día del Pegasus World Cup
(tres y más) en sus dos versiones. La de 1.800 metros en la pista principal con
9 millones y la inaugural sobre turf, con otros 7 millones, entre la
expectativa ya creada por una inteligente promoción que enaltece al
espectáculo.
¿Kukulkán? Para la legión del Caribe especialmente, todo
un honor su inscripción en la gran carrera luego de aquellas dudas en las que
unos cuantos, yo inclusive, nos anotábamos erróneamente. Como se sabe será
conducido por el astro y carismático Lanfranco
Dettori, no haría falta decir más. Un extra o retroalimentación que en modo
alguno estaría demás.
Recordaba, como soñando despierto (no se quién
inventó eso) aquella vez yo muy joven viendo inscrito, y luego en la acción, un
caballo criollo en un Simón Bolívar (clásico
del hipismo venezolano) de años del
romanticismo. Se llamaba El Griego, de
mis amigos, los Di’ Polo.
El Griego
corría adelante, con ganas, en rápidos parciales y luego de cubrir los 1.200
metros en 1:11 y fracción,
progresivamente perdía terreno ante rivales argentinos, superiores y sobre todo
especialistas en el llamado medio fondo o sea los 2.000 metros de la ya histórica carrera, considerada entre las
mejores en América del Sur. (Nunca debió ser cambiada para la milla y media,
sostendré hasta el fin)
¡El Griego,
orgullo de la cría nacional, en punta. Vamos campeón! tronaba un (como siempre)
emocionado José Eduardo Mendoza, Miralejos.
Yo a su lado callado y triste escondiendo
lágrimas luego del entusiasmo inicial, cuando El Griego se perdía, cosa esperada por la mayoría de conocedores
para esos nunca olvidado tiempos de la Juventud,
divino tesoro. (Rubén Darío).
Deseo, y por supuesto no seré el único, que Kukulkán lo mejor visto en los Clásicos del Caribe, ponga en alto su
calidad con lo cual, ganaríamos todos sin entrar en detalles que por supuesto
serán claramente entendidos ¡Vamos caballo a echarle pichón! Que la oportunidad
la pintan calva.
Photo Tomada de Andy Lyions/Getty Images
Nuestra pasión igual la lleva encendida y con
su correspondiente plenitud, el Gunnevera
de Salomón del Valle y Antonio Sano, con su excelente equipo de cuadra. Corrió
otras más bravas y siempre terció en las batallas tenidas como cuales porque no
creo pueda existir mejor calificación, llámenlo adjetivos si prefieren, cuando
se hace una buena carrera aún sin ganarla. Está de riguroso turno, decía antes
en la Gaceta. Y puede, debería ser esta vez, quiera Dios y La Virgen.
Todo está dicho en la inteligente promoción como se ha advertido en estas líneas. El resto lo dirá el público, que esperamos asista en masa para ver un magnífico espectáculo.
Hasta aquí, en este mi primer blog del año.
Take care ¡Cuidense!
De los buenos no quedan demasiados. Al
contrario, muchos carroñeros andan sueltos.