jueves, 7 de junio de 2018

Que hacemos en la Web. 5 de Junio...Un Rey en Nueva York...


UN REY EN NUEVA YORK

Bob Baffert, entre un grupo respetable de reporteros, admiradores, en fin, tomó las bridas de Justify a su descenso del transporte que lo condujo desde el aeropuerto cercano hasta el hipódromo, con evidente cariño y admiración, como quien recibe a un hijo o familiar muy querido luego de un viaje. La prensa hacía su trabajo y los demás, tuiteros entre ellos, sus fotos para los recuerdos de algo sin igual.

Las comunicaciones de hoy que dejan quizá un poco atrás a las predicciones aquellas que manejó Marschal Mc Luhan (la aldea global)           estudiadas en las escuelas de periodismo, daban igual cuenta del horario de salida de Justify desde Churchill Downs. El aterrizaje, todo, igual que un monarca (Her Majesty King, describió José Leonardo Verenzuela) el papa, un actor de cine o un político (suele ser lo mismo) seguido paso a paso del dicho viaje que en su final debe servir historias independiente de lo que ocurra (seguramente un galope del nuevo monarca de los caballos) una vez cumplido el recorrido en la pista de Belmont.

Este Belmont 2018 debe ser la carrera más fácil para Justify en busca de la triple corona. Un resultado distinto al que suponen propios y extraños sería una de tantas rarezas a la que se expone toda carrera (en el hipismo) que no termina, hasta que se llega a la meta. Un Belmont que sin Justify, sería poco menos que nada, por decir algo. Bravazo no es un Bolt d’ Oro, Audible o un Good Magic tengo la impresión. Tampoco estará por ahí un Tonalist, o Bayern, de acontecimientos recientes. Cosa difícil el que pueda perder de manera que buena parte de la afición mundial estará presta para gozar un puyero. De no ser así, a entonar el tango de Gardel y, tras revolcada por la cuesta en la rodada esperemos por otro sábado, o un domingo.  

(Publicado en Gaceta Hípica el 4 de junio)
DESDE SEATTLE SLEW HASTA JUSTIFY.
Este sábado en el cierre de lo que el negocio de estos tiempos llama el Festival del Belmont Stakes, se disputará la carrera de 2.400 metros con el invicto (de 5-5) Justify de abanderado con un cuatro a cinco en las apuestas, que seguro será menor en su condición de imperdible…

Es un bello pura sangre. De impactante alzada, que con tranco enorme, dice su entrenador Bob Baffert, debe imponer tren de carrera a conveniencia para ganar a lo Secretariat.  O correr como un Easy Goer, con el cual finalmente lo compara. En el sorteo o inscripciones le tocó el puesto uno. Quienes llevan estadísticas, concluyen que es el mejor.

Con el poco espacio disponible, así son las cosas, provoca en efecto recordar a Seattle Slew, cuya grandeza sigue y sigue, por todo lo que ha dado para la cría universal.

Ganó el estreno a su antojo el 20 de septiembre, 1976, con el francés Jean Cruguet.  Own, o propietario, el Tayhill Stable, par de jóvenes washingtonianos, Mickey y Karen Taylor que un día se enamoraron del entonces potrillo nacido y lo compraron barato sin suponer toda la grandeza por llegar, como un premiado billete de lotería.
Seattle Slew nació en un colchón de paja en una pequeña finca llamada White Horse Acress cuyo dueño llamado Ben Castleman, apenas lo conocían en familia. Igual su entrenador no era sonoro y mucho menos hablador. Douglas Peterson. Origen del que sería caballo de gran fama como un Quijote, Bold Reasoning (Boldnesian) en My Charmer por Poker.

Fue ganando en serie pasando por el Champagne (2 años) el Flamingo aquel gran clásico del viejo Hialeah Park, el Wood Memorial de Aqueduct, el Derby y el Preakness. Entonces habían saltado a la palestra criaderos de más renombre, Claiborne Farm, por el padrillo en su roster, y el Spendthift, por su “mare-fundation” Myrtlewood, la quinta en la generación de donde deviene My Charmer.

Lo que es la vida, después del Belmont, Seattle Slew perdió feo aquel invicto en el Swaps Stakes en Hollywood Park, jugado en proporción de dos a cinco. A renglón seguido ganó par de allowances baratos en Aqueduct y finalmente los Taylors lo vendieron, ya de cuatro años.

El 16 de septiembre probó su grandeza corredora en la Marlboro Cup sobre Affirmed y Nasty And Bold. Y luego en el Woodward, arriba de Exceller, hasta cerrar de 17-14 en un grado tres discreto. Para entonces, Ángel Cordero, ya olvidado el señor Cruguet, decía que jamás montó un caballo de tanta clase y señorío.

¿Estará pronto Justify en esa onda? Es probable. Digan que no y se lo comerán vivo.

Justify exhibirá los mismos colores (China Horse Club) que se vieron en el Florida Derby cuando lo ganaba Audible.

Justify va contra Brabazo, Hofburg, Restoring Hope, Gronkowsky, Free Drop Billy y Blended Citizen… Javier Castellano sobre un 30 a uno, Noble Indy dado que Audible, mismos colores de Justify, supuestamente anda de cama por ahí descansando en una finca, mejor que aquella que vio nacer a Seattle Slew.


Justify el Scatt Daddy anda pues en la misma onda de Seattle Slew. Cuando  todos estaban en éxtasis por su exaltación a  la suprema gloria, el entonces gobernador de Washington,   Dixy Lee Ray, decretaba el Día de Seattle Slew el 11 de junio de 1977 porque el campeón nacido en Kentucky  era propiedad de Mickey y Karen Taylor, washingtonianos. “Honorary Citizen of the State of Washington” Igual cosa habría hecho el Alcalde de New York, Michael Bloomberg, si el castrado Funny   Cide ganaba aquella tarde.

QUE HACEMOS…5 DE JUNIO


Este humilde cronista deja en claro su satisfacción por la emoción vivida y disfrutada en los Clásicos Hipódromo La Rinconada (Rosalba María) y José Antonio Páez (Bukowski) portadas de Gaceta Hípica 3.489 del 4 de abril y 3.493 del 2 de mayo, respectivamente. Todos pueden adivinar o suponer donde estaba mi alma y corazón pujante en tales situaciones pero eso es harina de otro caro costal y, al final, debe prevalecer por supuesto la condición aprendida tanto en las escuelas de la vida o en los salones de clase. Esta para mí, bella profesión que la llevo como un romance, aunque no todas las veces (suele ser así eso llamado amor, lo he señalado ya) uno encuentra el esperado espaldarazo.  Más bien lo otro, que se deslastra de la piel, las partes muertas igual que un deber, nos decía el Maestro en sus clásicos escritos.
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Todo hípico leal y cabal debe sentir aliviosa paz mental y de corazón si sabe (no hay duda de ello) que el ganador fue la campeona Rosalba María hija de Uncle Mo, por ejemplo. Va invicta como muchas de su inigualable clase en unos cuantos de los mejores hipódromos del mundo. Tener en casa a una Uncle Mo, Rosalba María en Mindy por A.P.Indy criada en Haras La Invasión de los Uzcátegui, para la divisa propiedad de Wilfredo Polidor y Armando Rodríguez, es algo cercano a una bendición. Deviene de cruces típicos en vigorosa línea en general, escribíamos en nuestra primera versión de los doce en ruta hacia el Páez (o el primero de la triple para potrancas) el 17 de abril, Gaceta 3.491 que puede ser de colección. “Inbreeding a los inmortales Buckpasser y Raise A Native (Mr. Prospector) Affirmed, Alydar, para no fatigar demasiado” ¿A dónde va Rosalba María? Preguntábamos. Respuesta ya dada en parte.
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Llegará a la distancia que se les antoje, se lee por ahí. Claro. A los 2.000 metros, milla y media o tres mil. ¿Y qué se ganará con eso? ¿Algún día revisarán reglamentos, incluido y dicho sea de paso, el llamado “take out” que perjudica y entraba mucho más de lo que todos suponen? No se trata de comparar a Rosalba María con Beholder, Song Bird, Unique Belle o Stellar Wind, llegadas a la memoria en trance de envejecer. Lo sentimos así porque ninguna de tales campeonas incomparables corrió jamás la milla y media o 2.400 metros. Beholder un par de veces los dos mil con ocasión del Pacific Classic, tras ganar el primero en un impresionante galope. Pues bien, quedan los tramos extra largos en la triple corona, muy diferente a lo que hacen con la generación de tres años en el hipódromo de Panamá (ejemplo adicional) uno de nuestros fuertes rivales en los Internacionales del Caribe, cosa sabida, que por lo mismo se olvida o ignora.
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De nuevo se hace advertencia de que el crono de Rosalba María fue mejor que el de Bukowski, en más de un segundo, casi dos, o sea unos cuantos cuerpos. Y, entonces. ¿Despreciable la actuación de Reina Primavera que andaba con biorritmo bajo, digo yo, aunque batalló intensamente hasta poco antes del final para caer tercera, pues cedió el segundo casi en raya ante ese otro prospecto, Believe, hija de Twirling Candy y nieta materna de Tapit?
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De todos modos soy de los que no confían (y me perdonan) en los cronos locales. En todas partes y lugares las pistas son cambiantes, cosa que las hacen saber, vía tablas, el Beyer especialmente. Una pista, la nuestra sobre todo, suele ser más rápida en las primeras carreras, o puede ocurrir a la inversa, dependiendo de “dependederas” Cabuyas de las que todos tenemos como para hacer inmensos rollos. 
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Bukowski, el Big Prairie en Dynabid por Dynaformer que crió La Orlyana cerraba dicha lista del Páez por caer segundo de King Champ ganándole a su vez al linajudo One Way, advertíamos para entonces. Luego superó por cuatro largos a American River en el Cañonero, con claros signos de avance o mejoría, lo que ocurre normalmente en todo pura sangre de cierta clase. También la dichosa lista incluyó a Atracction, Júpiter Pluvius y nieto materno de Langfuhr criado en La Invasión. Segundo tras darle caza a King Champ de La Primavera, en un cierre similar al que hizo contra Hierro Colado en la previa, Copa My Own Businnes. King Champ, cuatro vendas no sé si siempre, se batió corriendo temprano, dándole lucidez al mejor Páez de los últimos decenios. De no correr así como lo decidió Ángel Castillo, probablemente Bukowski que sacaba las garras desde temprano, tal vez ganaba de todas maneras, contando con un tren de carrera a su medida. En reconocimiento para los criadores, incluidos aquellos que no llegaron con sus productos a los dos primeros pasos, se les dice, ahora es cuando. La semana anterior vimos las demostraciones de My Racing Mate, el Slew’ s Tizzy de Los Samanes que impuso 15 largos arriba de Asieselmaní en la Copa Sweet Candy. Y a Queen Love, la Great Hunter que relegaba a Reina de Espada en la Miss Marena. Cronos idénticos, 119-3 para los 1.900 metros, a menos que se trate de un error, cosa que no extrañaría. Se nos viene, dicen ahora o en estos tiempos, más cosas buenas para un espectáculo decente como este que dio emoción, insisto, porque ahora debe venir lo mejor.
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El género chico, titulaba aquel reportero de El Nacional (Filemón Veriai) cuando este para entonces jovencito, de castaña y abundante cabellera, blandía esperando su turno al bate. Galikos logró su cuarta sin sustituto en un avance que impactó con Carlos Rojas (buen regreso) para la cuadra Grupo Angostura. En unos cien metros descontó la ventaja clara que traía Lelamuti y cerró ganando con solvencia. Galikos es por Miner’s Lamp consagrado semental que usa Haras Paumar. Lelamuti por Keep Thinking y nieta de Roman Ruler guardó el riguroso turno. Galikos suma cuatro y las que faltan. Uno dos de esos grandes amigos, la buena gente de PaumarDra. Sanz, 4 años, Marital Asset en Lido di Venezia por Lido Palace (me suena) ganó y son tres en seis salidas con un segundo lugar para Ferálico y Haras La Primavera. La Actriz, Documentary en Fantasy Parts por Water Poet, a su antojo, en soberano galope. Al parecer La Primavera intenta con esos futuros vientres, hijas de Documentary, no sé. Chichirila, otra Marital Asset, vaya, de La Primavera, encendió el Jockey Club donde fue ampliamente jugada y celebrada, señalaron las fuentes. Luego vendría el Páez y, ya lo saben todo.
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Respuesta a los amigos de Barquisimeto, grupo de José Antonio Yánez. Viene por ahí lujosa y entusiasta presentación de flota de Haras Urama. Pedigree y cruces de pura sangres de esos que llamamos de excepción, y por lo visto, numeroso el lote. Todos en la cuadra 7-C en el hipódromo, una de las mejores en cuanto a organización, me aseguran.



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