“Nadie
dice nunca la última palabra. No podemos juzgar a nuestros adversarios como si
nuestra propia causa estuviera identificada con la verdad absoluta”. Raymond
Aron.
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Coady Fotograhy
EL ARKANSAS DERBY A DÍAS DE LAS
ROSAS
No sé si mis amigos y, en fin los amables lectores (vieja expresión creo
de un ensayista, sin duda gran periodista de nuestros tiempos) compartirán la
misma expectativa que se nota en distinguidos colegas muy conocidos en las
redes sociales. Ellos analizan el Derby no sin cierta pasión, pero a la vez con
entusiasmo pocas veces tan notorio, y sin perder nada de lo que enseñaban los
maestros de la comunicación, cuando el periodismo de entonces apenas saltaba desde
los linderos de las Underwood, hasta el servicio de las computadoras.
(También ahora de mediana o ninguna utilidad, como aquellos pesados
celulares que igual servían para la defensa personal, por ser capaces de
hendirle la frente a un desprevenido atracador)
El Arkansas, decía, tiene para mí las características muy evidentes de
ser toda una antesala de las Rosas de Kentucky, algo así como el salto
definitivo para la gran carrera de Churchill Downs, el templo del Purasangre, a
pesar de mediar entre una y otra solo unas tres semanas y unos días.
El sábado, pues, se medirán para mi gusto y creo el de los colegas y
amigos conocidos por todos ustedes, cuatro de los mejores aspirantes al Derby
encabezados por el que se creía (yo pensaba así y juraba por él) primero en las
listas, Imponderable, y en estas horas se ignora cuál será su destino final.
Nadie tiene la verdad absoluta, la última palabra. Cada vez estoy más
convencido.
En caso de que Imponderable gane el Arkansas o logre los puntos
necesarios, no habrá pasado nada. El amigo Bob Baffert respiraría hondo y
tranquilo tal vez con la posibilidad de llegar al Derby con los tres
principales favoritos como advirtió uno de dichos enjundiosos colegas.
Omaha Beach (el hermano materno de Siete C, ya está señalado) igual
aspirará los puntos necesarios luego de su impactante triunfo en una de las
versiones del Rebel Stakes, igual que Long Range Toddy (Take Charge Indy) y
Galilean el Uncle Mo. Habría que preguntarle a Rodríguez Vera si
sube cerro. Yo lo hacía de muchacho viviendo en colinas de La Cañada de La
Iglesia, por allí donde también recibió crianza el desaparecido amigo Pedro
Armando Quintana.
De este Arkansas 2019 dos de los señalados pueden (nadie estaría seguro)
alcanzar los puntos necesarios para la inscripción en la más impactante carrera
para potros de tres años en los EE.UU ¿Estarían finalmente en el Derby de las
Rosas todos los que son, o deberían ser? No todos llegarán y, se quedarán quizá
para bien por aquello de los mecanismos de defensas naturales que todos
tenemos, aunque algunos lo ignoren.
Debo reconocer que nunca imaginé que el Arkansas Derby y el Rebel Stakes
se convertirían en tan impactantes atractivos en esa dura ruta del Derby de
Kentucky. En aquellos años de mis memorias y, a mucha honra, el poder de tales
estaban en el Wood Memorial, Florida Derby (antes el Flamingo Stakes del
antiguo Hialeah Park) Santa Anita Derby y si acaso nos llegábamos hasta el Blue
Grass Stakes.
Oaklawn Park suma varios ganadores del Derby y, entre ellos, American Pharoah…También
los recordados Smarty Jones, Sunny´s Halo,
Thank´s Prospect, Pine Bluff, Afleet Alex (pronóstico de Carlos Morales)
Curlin y Elocutionist, un caballo que no olvido, por cuanto apenas en sus
comienzos (potro de dos años) el recordado Bill Hartack me habló de él en
entrevista única, para mí, publicada en El Nacional, pero nunca jamás pude
reencontrarla.
Desde el 2000 hacia acá, Todd Pletcher suma cinco Arkansas. Steve
Asmussen tres y Bob Baffert dos con Bodemeister y el citado American Pharoah.
Me gusta Omaha Beach para ganar este Arkansas. De no ser posible su
triunfo o un segundo lugar cuando menos, probablemente quedaría fuera de las
Rosas, una pena me causaría, oh mísero y empedernido sensiblero.
Tan complicadas están las cosas en esa puntuación, lo decía, en esa lista
mi bella Claudia. Les advierto a todos que, yo la vi primero.
EL KENTUCKY DERBY DE WINNING
COLORS
Se preguntarán por qué el de Winning Colors uno de los tantos
Derbyes en los recuerdos. Razones simples y sencillas. Fue la primera de las
dos veces que estuve en Churchill Downs invitado
especial del gordo don Luis Navas
(la otra con ocasión de una Breeders Cup) La prensa destacaba las razones que
tendría Wayne Lukas (para entonces
supremo en las tareas del entrenamiento) quien se saltaba las Oaks del día anterior (en la que sin
duda Winning Colors se notaba
sobrada) para confrontarla en una carrera de imprevisible resultado, destacando
entre los aspirantes el formidable Forty
Niner (Mr. Prospector) con Pat Day y Risen Star un Secretariat de la cuadra de
los Phipps que fue mi favorito).
Winning Colors hija
de Caro y conducida por Gary Stevens en
sus días de esplendor ganó en final reñido sobre Forty Niner y tercero fue Risen Star (Eddie Delahoussaye) más tarde
campeón potro tras ganar entre otras el Belmont
Stakes.
También en ese Derby, a saber: Proper Reality (In Reality) que fue
cuarto con Jerry Bailey. Regal Classic, un Vice Regent
quinto con Laffit Pincay. Luego Brian´s
Time por Roberto con Ángel Cordero Jr y en seguida Seeking The Gold ese gran
Mr. Prospector tan influyente en todas partes, incluida la cría en mi país.
Cierro con otro gran caballo llamado Granacus
(ganador del Blue Grass Stakes entre otras) hijo del venezolano Sweet Candy.
Fueron 17 los aspirantes. No existía
para entonces el problema de los puntos ni demasiado exigente la hoy llamada
ruta. O tal vez se aspiraba al Derby con la clara intención de ganar o buscarle
prestigio a un semental. Por ahí. Eso pienso y luego existo.
NORTHERN DANCER EL ÍDOLO
CANADIENSE
El más grande fue Northern Dancer, lo decía Luis Navas cuyas glorias
fueron más allá de haber sido el comprador de Cañonero por apenas dos mil
dólares. Lo advierte también por supuesto la historia de los purasangres, por
cuanto Northern Dancer no solo ganó el Kentucky Derby, suficiente logro aparte
de otros para que se convirtiera en Salón de la Fama, Jefe de Raza y en ídolo
popular en Canadá. Él nació en el Windfields Farm de Oshawa, Ontario, el 27 de
mayo de 1961 y murió en sus 29 años entre grandes honores. De sus numerosos hijos
campeones, otro inmortal, Nijinsky, también canadiense, último triple coronado
inglés en 1970, noticia mundial en primeras planas por la hazaña que ningún
otro lograba desde 1935 el año de Bahram de su Alteza Real el Aga Khan III.
Esta es una pequeña reseña, de momento, porque Northern Dancer, en caso
de escribir sobre su grandeza, merecería uno no sabe cuántas páginas.
Solo esta breve remembranza porque, en momento de su inscripción en el
Derby, el gran Horatio Luro (quien ejerció también como entrenador en
Venezuela) no conseguía a quien montar una vez que Bill Shoemaker el jinete
habitual, se había decidido por Hill Rise. Luro se lo ofreció a Manuel Ycaza y
el formidable estelar, quien murió hace poco, lo vio pequeño y entonces
prefirió de una vez a The Scoundrel.
¿Y a qué viene el cuento? Simple. En breve, unos lo menos con dos potros
de gran opción, tendrá que decidir, y el riesgo de una falla en la puntería estará
planteado. No será error en ningún modo.
Por cierto Icaza dijo alguna vez que entre sus sueños o grandes deseos,
contraer matrimonio con la mujer más bella y, ganar el Derby. Casó en efecto
con Linda Bement, Miss Utah EE.UU. 1960 y luego Miss Universo. Pero nunca le
llegó la carrera más famosa, para mí.
Tuve el gran honor de ser uno de los anfitriones de Manuel Ycaza cuando
atendió invitación de los periodistas y el INH. De tres montas, ganó con Wandú
y Farolón, en una actuación inolvidable para la afición.
No más de momento. Si Dios lo permite tendremos el análisis final. El Derby
es el Derby y nunca fue malo. Pero este de 2019 se mantiene entre naturales
expectativas y demasiado bueno. Quizá igualmente por la calidad de los
analistas que todos ustedes conocen bien vía tuiter, por ejemplo.
No se vayan, decía aquel famoso narrador de béisbol.
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