viernes, 24 de abril de 2020

Qué Hacemos Aquí en la Web y Algo Más (HOY CON LOS NARRADORES HÍPICOS)...Abril 24 de 2020

Nadie dice nunca la última palabra. No podemos juzgar a nuestros adversarios como si nuestra propia causa estuviera identificada con la verdad absoluta. Raymond Aron.


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HOY CON LOS NARRADORES HÍPICOS


Confieso que he vivido (Pablo Neruda) Como muchos lectores y aficionados hípicos de lo que suelo llamar mi tierra, la que me dio vida amamantado por una gran mujer venezolana, nacida en los campos igual que mi padre, en la pobreza y humildad que nunca les llevó a doblar la cerviz ni abandonar esperanzas mucho menos a Dios.
Como esa noble afición, digo, lo fui siempre sin dejar mi condición de reportero, profesión que aprendí en El Nacional y Gaceta Hípica verdaderas escuelas de periodismo como la UCV en la que tuve la dicha de conocer profesores, dignos ejemplos de civilidad, gentes buenas, algunos ahora en sueño eterno.

Esa afición (sigo) que busca en escritos, anécdotas y recuerdos mucho mejor plasmados en narraciones históricas que por fortuna se mantienen y eso sin duda es material, que sirve para que cada quien examine, tenga noción de lo que fuimos y cuando menos se imagine que es posible volver sobre el buen camino. Para eso se inventó la historia.
No obstante, y como se trata de historia y estos días son buenos para distraer el tiempo (lo hago, no hay otra) echaré un cuento, dije desde la partida, confieso algunas razones de mi vida…

Conocí narradores, grandes amigos desde mis días en El Paraíso (el hipódromo, sin Eva y mucho menos la serpiente) Llegaba temprano y me instalaba en la torre de transmisiones, en la caseta, al lado de Juan Francisco Rodríguez (Don Fulgencio) Más tarde José Eduardo Mendoza (Miralejos) Blas Federico Jiménez el de Duaca y, claro, Aly Khan, quien años más tarde sería a lo Sinatra “La voz, de América”.

Blas normalmente llegaba bien comido el duaqueño y me encargaba la compra de un licor importado de nombre Cointreau. Una tarde acompañaba en dicha caseta en el último piso, torre de llegada, a Francisco (Pancho) Casanova padre de “el chivo” quien también narraba, y muy bien, por cierto. Hacía las vacaciones de Miralejos quien llegó de pronto…

Ante nuestro revuelo, que salía al aire. Casanova con su característica nobleza le ofreció el micrófono a Miralejos quien parecía negarse, pero fue convencido. Son los caballos y colores de siempre, decíamos. La transmisión, también salía por los altavoces internos.

¡Atención! Tronó Miralejos, y el público asintió, sorprendido y agradado, rumor que traía el viento.

Disfruto mucho los videos,  grabaciones de carreras importantes de esa buena historia, insisto, que nadie olvida y a las pruebas me remito. Por supuesto las narraciones de Aly Khan que son numerosas, más que conocidas. Y las de Gustavo Ravell por su buen tono, estilo para mí único, emocionante y divertido, aparte de que es (al menos en mi caso) inevitable que cada segundo de lucha en todos los lances descritos, bien narrado como un poema épico, uno sienta ese enorme placer… que da la vida.

Narraciones en grandes voces y siento en lo personal (como dice Aly Khan) que debo escoger una de ellas en la persona de un todavía joven y talentoso profesional, de nombre Gustavo Ravell, que recomiendo a los amigos y a quienes no lo fueran, por razones que de seguro descubrirán, si me siguen…

Se gana siempre, aunque se pierda, porque en cada tarde después de la ida habrá mañana. Mi Reino por un Caballo, dijo un día un malvado Rey, en trance de miedo y muerte. No es así, en el hipismo. Y quienes como mi amigo Gustavo Ravell saben llevar esperanzas a sus oyentes, yo inclusive ahora en las añoranzas, dan esa ansiada esperanza de vivir hoy en las escondidas sendas que plasmó el viejo buen fraile, quien era poeta.

Les digo a  todos que no se pierdan las narraciones históricas que por ahí ofrecen quienes igualmente son también mis amigos, en la seguridad de que no serán defraudados. En la voz de Aly Khan, en la de Gustavo Ravell y, si lo prefieren, en otros buenos narradores, pero escuchen y vivan, como este que sigue a la orden, pues jamás olvido.

Confieso pues que vivo mis años y viviré los que el Dios de los hombres permita. No sé por qué se me ocurrió escribir de narradores y menos dando consejos que nadie me pide.

 Pero no es cosa mala ¿saben?
Si alguien me da alguno, lo agarro.




4 comentarios:

  1. me gusto el Poema y su relato sobre los narradores, Saludos

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  2. Espectacular mi estimado amigo Óscar Armao.! Un abrazo🙏🙌👏👏👏👐

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  3. Sensacional,querido amigo Óscar Armao.! �������� Bendiciones����

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  4. Gracias a todos por sus interesantes comentarios. Se les aprecia

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