viernes, 21 de mayo de 2021

Qué Hacemos Aquí en la Web y Algo Más... Mayo 21

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CUENTOS DEL BELMONT STAKES

TEST DE LOS CAMPEONES

(My Way)

 

 

El Belmont Stakes fue nuestra primera carrera clásica vista en Nueva York en vivo y directo gracias a Cañonero. Eran tiempos cuando la llamaban Test de los Campeones, calificativo  que honra a la gran ciudad con un hipismo de los mejores.


Foto tomada: ilovehorses.net

Al sonido del clarín llamando a la batalla de recorrido completo, milla y media alrededor de la pista en esa maravilla de hipódromo, regularmente lo sigue otro clásico:

El New York-New York en voz de Frank Sinatra ¿Quién o quienes no se emocionan?

Aquel día del Cañonero inmortal con Gustavo Ávila el estelar de siempre salía al desfile expectante. Los otros potros entre ellos Jim French en llave con Good Behaving hacían igual cosa como segundos favoritos. Iban con las montas de Ángel Cordero Jr. y Ron Turcotte. También Eddie Belmonte sobre Twist The Axe y Jorge Velásquez arriba de Epic Journey, lo mismo que Jacinto Vásquez en Royal J.D. y el astro francés Jean Cruguet montando al Bold Reason de Ángel Penna. Se unían a las señaladas expectativas mientras la excitación de cientos de venezolanos apilados cerca de la baranda en ese tramo final, promovía un esfuerzo extra por parte de los agentes de seguridad de la pista y alrededores, todos  con órdenes de contener a la exaltada multitud, que aumentaría de seguro si Cañonero ganaba y acudían los extremos.

El trabajo reporteril lo hacíamos desde un palco de prensa gigantesco, con todos los servicios que puedan imaginar, lleno a reventar con periodistas no solo de Nueva York. Cronistas de la hípica internacional estaban allí.

Por años agradecimos a un señor llamado Sam Kanchuger (Jefe de prensa de Nyra) sus atenciones, para ubicarnos en un lugar del Press Box entre tantos profesionales, con lo cual hacíamos nuestro trabajo para el diario El Nacional y Gaceta Hípica. Jóvenes que éramos.

 

Cañonero fue en demanda del primer lugar y lo mantuvo durante buen trecho en la agobiante carrera. Después de la mitad no tenía la ventaja inicial y comenzó a sentir la presión de Jim French. Era absolutamente cierto el problema del casco, producto de una infección que si bien no hizo mella en los días del Preakness se intensificó cuando entrenaba en Nueva York.

Pass Catcher, con Walter Blum, accionaba tercero en las manos y al promediar el último codo alcanzó a los punteros para venirse en franca ganancia en la recta larga y demoledora de campeones.

Muy pocos conocían algo más de lo normal en cuanto a Pass Catcher. Se supo que iba de paso por los predios de Belmont rumbo a una rica carrera en New Jersey. Ignoro si fue cierto un diálogo con un cronista de la zona y un allegado al que sería el imprevisto ganador del Test de los Campeones.

--¿Lo traen para el Belmont?

--¿Contra esa maravilla de potro ganador del Derby y el Preakness a su antojo? Ni en broma…

--Cañonero no anda bien. Muchos insisten en que sufre un problema grave en un casco. Es secreto a voces.

 

Por ahí el cuento. Más que probable el entrenador o propietario tomaron la decisión de aventurar en el Belmont y arrasaron en la carrera. De Pass Catcher nunca más se supo. Walter Blum a quien vimos en Venezuela fue por años amo y señor como Juez de carreras en Hialeah y Calder Race Course cuando Gulfstream Park apenas iba en ascenso.

 

Cañonero no se rendía en el Belmont. Hasta poco antes de la raya mantenía el segundo lugar mientras Pass Catcher se adelantaba.

Cedió el tercero en foto para convertirse en Cañonero IV señaló un famoso periodista local.

Pass Catcher hijo de All Hands y nieto materno de Flaneur II fue como el Cañonero del Derby un ganador de 71 dólares por el primero, 21 por el segundo y casi once dólares a show o tercer lugar. Jim French al fin estaba delante del doble coronado con $3.60 a placé. Tercer puesto para Bold Reason que devolvía $4.80.

El crono de la carrera 2:30 con 4 quintos.

Ese día se estableció récord de asistencia al gigantesco circo de carreras. Más de ochenta mil personas. También se produjeron en ventas de comidas, refrigerios, lo que fuere.

Parecía segura otra triple corona (llegaría en un par de años) tras larga sequía (un cuarto de siglo) desde el inmortal Citation (1945) y el mundo estaba alerta.

La fiesta que preparó don Pedro Baptista se hizo de todos modos. Le escuché decir algo importante. De ganar la carrera ofrecían 5 millones de dólares y un film, no sé si en la cuenta de Hollywood.

--Ahora probablemente darán un millón…

Y lo dieron. Mi amigo Nathan Catalán sirvió de enlace. Robert J. Kleberg pagó buen dinero para el King Ranch de Texas y con sus colores disfrutaría de otro importante triunfo de Cañonero y Ávila en el Stymie Hándicap con récord de pista (arriba de Riva Ridge)

Por otra parte Cañonero con su doble corona y cuarto en el Belmont Stakes 1971 obtenía otro galardón, tres años Outstanding Eclipse Award algo inadvertido para entonces.

Como muchos otros grandes campeones no lo fue en la reproducción. La vida es así.

 

 

El Belmont, en fin, cuyo nombre deviene de August Belmont su creador, financista y promotor desde mediados del siglo 18 cuando el país de la Unión comenzaba el ejercicio de sus libertades. Adquiere relieve y la grandeza imperecedera desde los años treinta, con Gallant Fox, Sir Barton (primer triple coronado sin saberlo hasta entonces) Whirlaway, Count Fleet, Assault, el ya dicho Citation, Gallant Man, entre otros.

Ese decenio de los setenta con Secretariat y sus predecesores, Riva Ridge y Cañonero, para llegarnos hasta Seattle Slew, Affirmed-Alydar, no tiene comparación.

 

AQUELLA VEZ DE AFFIRMED-ALYDAR


 

La bella historia del Belmont Stakes con Affirmed-Alydar la escribí hace años. Por fortuna he visto muchas grandes carreras. En vivo, o sea en el hipódromo, el Belmont unas cuántas veces desde el 1971 señalado en el párrafo inicial de este recuento. El Derby una vez y nunca el Preakness.

 Lázaro Barrera invitó a Edmundo Ruiz para que viera al Affirmed en la escena de un filme maravilloso.

--Te vienes con el periodista (Así me llamaba)

 Vi entonces la carrera inolvidable desde un rincón de la tribuna a unos 200 metros de la raya.

 Primera vez en un clásico de categoría con ambos campeones prometiendo dividendo de 1 a 1 con poco más de un millón de dólares en la molienda taquillera.

 Affirmed tomó la punta arrimado a la baranda por Steve Cauthen. Alydar muy cómodo con Jorge Velásquez cuando promediaban el primer cuarto. De pronto en la curva inició un asalto contra el puntero y se escuchó entonces el estruendo popular. Como un rugido de león.

Affirmed pareció aceptar el reto. No cedió un palmo. Los dos tomaron amplia ventaja sobre el resto de inscritos despegando a cual bombarderos de guerra.

La batalla por el comando, caballos y jinetes en apariencia o fue así, se dejaban llevar por menores impulsos en sus cañones, quizá esperando la recta.

Giraron el codo final y allí estaban con Affirmed en punta sin ventaja clara, cabeza a cabeza, o tal vez medio cuerpo. Velásquez exigía y pegaba al lado sin mengua ni tregua.

La raya llegó o llegaron así palmo a palmo, en la cerrada y larga lucha que les llevó lo menos mil metros. Una dura pelea.

Affirmed había ganado alcanzando la triple corona y una inmortalidad que poco después llevaba a mi amigo Lázaro Barrera al quirófano para operación de corazón abierto con garantía de unos 10 años extras de honorable vida.



Tampoco olvidamos la celebración en un restaurante campestre cerca de Belmont. Una mesa de largo alcance para tranquila ceremonia que me indujo otros temas para escribir, entre ellos una frase de doña Alida Hernández de Ruiz, cuando dijo de Steve Cauthen.

--¡Pero si es un bebé!

“Un niño y su caballo” a 8 columnas y página entera en el periódico que dirigía (deportes) Heberto Castro Pimentel.



Como muchos saben Edmundo Ruiz y Lázaro Barrera, cuatro o cinco veces seguidas Eclipse Award, eran inseparables. Edmundo lo hizo efectivo entrenador en sus inicios con selección de caballos, pedigree y tipos de carrera, velocistas o rematadores, dónde inscribir, por ejemplo. Ruiz un handicaper el mejor, Lázaro un médico en entrenamiento y cuido de purasangres llegado a EE.UU desde Cuba.

 Duermen la eternidad desde hace unos cuántos años con la solvencia moral que no todos pueden exhibir en el credo del Dios Padre de los hombres buenos, con hechos para los más emotivos recuerdos de familiares, amigos, allegados y los aficionados a este deporte-espectáculo que cuenta con millones de seguidores en la tierra y los cielos, creo en plena convicción.

 

LA CARRERA EL SÁBADO 5 DE JUNIO

 

Solo por problemas extraños al hipismo los grandes clásicos pueden tener alteraciones. El Belmont tiene su fecha fija, el primer sábado de junio, igual como la tienen el Derby o Carrera de las Rosas en Kentucky y, el Preakness, sin que haga falta resaltar que se trata de la Triple Corona.

El 5 de junio es día del Belmont que encabezarán entre otros los que fueron favoritos en el Derby.

Essential Quality el campeón del Godolphin,  Rock Your World, Hot Rod Charlie, Midnight Bourbon, Known Agenda y el imprevisto ganador (y fácil, de paso) del Preakness, Rombauer.

 No irá Medina Spirit el ganador del Derby que será descalificado (es lo que aseguran) Favorito en el Preakness se batió hasta donde pudo en velocidad, y hasta ahí. Tendrá un futuro hasta ahora incierto cuando apenas estaremos cerrando el primer semestre.

 Si Rock Your World partía bien en esa mala hora del Kentucky y los otros velocistas no tenían sus problemas como en toda carrera sujeta a los más variados imponderables, a lo mejor cantaba un gallo diferente. Ustedes tal vez conocen mejor de qué cosas son capaces los espíritus. No creo en brujas ni aparecidos. No obstante hay evidencias. De allí el dicho.

De que vuelan, vuelan.    

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