“Nadie dice nunca la última palabra”. “No podemos juzgar a
nuestros adversarios como si nuestra propia causa estuviera identificada con la
verdad absoluta”. Raymond Aron.
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deseen) con las siguientes características: cuatro (4) cubículos, 59,39 M2. en
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La Classic.
Seguramente, cuando lean estas notas si tienen la amabilidad amigos lectores
(tal decía mi abuela) probablemente estarán cansados de tantas opiniones, la
mayoría sabias y si no, supongo emocionadas, respecto a una de las Breeders Cup
más emotivas desde que las conocemos con toda la pasión que suelen generar en
las gentes como uno, románticos y medio sensibleros. Sobre todo la Classic da
para todo porque ganó un gran caballo, del que por algo los votantes o
electores para la acreditada NTRA, habían señalado y ahora lo sostienen con
mayor potencialidad, que es el mejor de los Estados Unidos, idos ya otros
grandes o tal vez por encima de él, a su funciones en la cría, entre ellos Gun
Runner y el triple coronado Justify, además del injustamente olvidado Arrogate.
Y la emoción dicha que dejó la Classic, para nosotros, ese segundo lugar de
Gunnevera el entrenado por don Antonio Sano con los colores del Margot de
Salomón del Valle, es uno de los grandes sucesos de este fin de año que
esperamos nos deje aún otros gratos recuerdos en el escenario de los
Internacionales del Caribe de Gulfstream Park y el Grupo Stronach, tal como lo
advierte el editorial (especialmente dedicado) en Gaceta Hípica.
Creíamos (creyón que
soy) que el puesto de pista de Accelerate sería determinante y que al contrario
el de Catholic Boy del que pocos recuerdan, era muy bueno, lo que agregado a su
condición de velocista intermedio y la inspiración que traía Javier José
Castellano lo convertiría en un rival de altura. Un tropezón, cualquiera da en
la vida. Y si vieron o no el “taparazo” que recibió a los pocos metros de la
partida, pienso en la bajada tremenda hacia adentro de McKinzie que andaba como
un demonio, ya no importa demasiado. Total que el Catholic, al recibir lo suyo,
quedaba eliminado y sin esperanzas accionando entre los últimos, tal vez “grogui”
como esos boxeadores que reciben un “nock down) en el primer round y, entonces,
no queda otra que tirar la toalla.
Alguna vez y hace
tiempo ya, en una de las tantas entrevistas que modestia aparte le hice al
amigo Carlos Pérez el recordado “chancho con chaleco” declaraba que a él, le
gustaba montar en los grandes clásicos a caballos que no gustaran demasiado o,
donde la responsabilidad de perder o ganar no fuera mucha. Escogía entre los
últimos o lo que le dejaran. Bastaba ir sobre un ejemplar bien trabajado o de
un buen entrenador, casi siempre Millard Ziadie. Corría entre los últimos,
reservando fuerzas, sin quemar cartuchos antes de tiempo y al final venía en
busca de algo, por lo regular con algún éxito dado que los velocistas, los
supuestos grandes de la carrera cerrarían cansados, parándose literalmente.
Entonces ganaba con Cambur un Simón Bolívar. O el “banano” como lo llamada don
Millard.
No fue el caso de
Gunnevera porque los galopes y briseos con los que llegaba a la carrera tras
inscripción casi en la hora de cierre, denotaban su chance, como yo creía por
experiencias previas, que Gunnevera estaría seguramente en la pizarra, quizá
tercero. Que va, segundo a un cuerpo y más allá en ese extra que demuestran los
grandes, pasaba y extendía su carrera dejando atónitos a los críticos.
El año anterior,
Gunnevera fue tercero precisamente de Gun Runner y West Coast en el Pegasus
World Cup, carrera en la cual estará otra vez el 26 de enero, ahora sí, entre
los favoritos de la carrera. Aunque usted, no lo crea. Cosa más grande.
Cuando llegue, pues,
la inscripción de Gunnevera en el dicho Pegasus, será su actuación número
veinte. Piensen por un instante cuántas sumaría en el hipismo local. Jamás en
2.400 metros. Debutó entrando segundo en
su MSW en Gulfstream Park. Ganó en la tercera salida y de allí saltó hacia el
Saratoga Special para potros un grado dos en el que impactó gratamente. Luego
de un quinto lugar en el Futurity de Keeneland ganó el millón del Delta Downs
Jackpot y tras un segundo lugar en el Holy Bull de Irish War Cry conseguía para
entonces su mejor carrera, el Fountain Of Youth Stakes de Gulfstream con Javier
Castellano. Más tarde un buen tercero de Always Dreaming en el Florida Derby.
Tras sus experiencias en el Derby de Kentucky y el Preakness, llegaría lo más
conocido en su emblemática campaña. El segundo lugar detrás de West Coast en el
Travers. Quinto en empate con Arrogate en la Breeders Cup Classic de Del Mar.
El dicho tercero en el Pegasus, su infortunio en la Dubai World Cup, el segundo
detrás del japonés Yoshida en el Woodward de Saratoga y la carrera del sábado
en su segunda Classic, mucho cuento ¿A quién no le gusta lo bueno? ¿Cómo les
quedaría el ojo de ser de alguno de ustedes un caballo de tamaña clase?
La Turf. Por supuesto
la sensación fue Enable, hace rato en la historia de los grandes esta campeona
de cuyo papel advertimos algo en la anterior edición. En la mitad venía a la
caza de los punteros y poco antes del codo final estaba a tiro. En la recta
buscó su nueva gloria al lado del irlandés Magical de Ryan Moore, ambos por
fuera. Javier Castellano venía ya con Sadlers Joy un cuarenta a uno donde no lo
habían llamado. Tras correr último de pronto estaba al lado casi emparejando,
amagando, a poco del final. Faltaba el estirón de cierre por parte de Enable y
Magical que, en unos cien metros antes de la raya le sacaron unos diez cuerpos
a Sadler’s Joy al trasponer la meta. Castellano, impotente, debió hacerse la
cruz para mantener el tercero ante tales máquinas voladoras.
José Sequera, desde
allá en tierras cercanas a Vancouver o tal vez cerca de esa bella entrada del
Mar Pacífico al espacio canadiense, nos hace llegar felicitaciones por “mi
exitoso regreso” al pronóstico en las Breeders. Todos los ganadores en la tanda
del viernes como que me cuesta creer.
Bulletín, Turf Sprint
Newspaperofrecord,
Fillies Turf
Jaywalk, Juvenile
Fillies
Line Of Duty,
Juvenile Turf
Game Winner, Juvenile
Stormy Liberal, Turf
Sprint (3 años)
City of Life (Dirt
Mile)
Expert Eye (Mile
Turf)
Monomoy Girl (Cup
Distaff)
Enable (gran cosota)
Por dar fijas o uno
nada más, me faltaron Roy H y Accelerate, da igual.
Dejo hasta aquí lo de
las Breeders. Ya está bueno ya, como decía Teodoro, buen hípico, conocedor, me
dijo un día en la TP siendo invitado especial de Gilberto Carrasquero, en su
corte de recibidores allá en el otro reino donde todo debe ser muy bueno
porque, hasta ahora, no sabemos de nadie que se regresa.
Recientemente nos
dejó Julio César Fuentes. Buen amigo, conocedor como pocos, de todo cuando
caballo bueno del mundo haya sido, con su pedigree y esas cosas.
Igual anda en viaje
eterno una de esas personas que nadie olvida por su tránsito sereno y
dignificante en los asuntos que a nosotros siempre nos hace mejores,
celebrando, brindando o haciendo grata la vida aunque sea muy corta. Hablamos
de Lionel Muller Fernández, figura, entre los grandes del hipismo allá en San
Juan. Con él compartimos afectuosamente unas cuantas veces con ocasión de los
Internacionales del Caribe, desde los días de Manuel Ledezma Ibarra, mucho
antes. No sé cómo ni por qué decidió irse, tan temprano, sin dar tiempo ni
despedida a los amigos. Paz a su alma y consuelo a la familia y allegados que
son unos cuantos. La Asociación Hípica de Propietarios, representante en lo
nacional, internacional, fiel exponente de principios, hoy más que nunca cuando
necesitados de eso que es llamado hermandad y solidaridad para todos, dio a
conocer su pesar por intermedio de un comunicado que debió llegar a diferentes
sectores.
Quality Road encabeza
la lista del Lane End Farm para 2019 con salto valorado en 150 mil dólares, por
ahora. El Lane End también tendrá en su proyección de sementales al debutante
West Coast según anuncio. Quality Road aparte de soberano en la pista, ganador
de varios grado uno entre ellos el Florida Derby, Woodward, Met Mile de Belmont
Park y el rico Donn Handicap de Gulfstream, derivó pronto en lo que todo gran criador
ambiciona, que aparte de campeón en los hipódromos, responda con plenitud en la
reproducción, claro. Me gusta demasiado. Padre de la campeona Abel Tasman. De
Bellafina, tres triunfos, un segundo y cuarta en la Breeders Cup Juvenile de
Jaywalk. De City Of Light ganador de la Breeders Dirt Mile con Javier
Castellano. Del excepcional Spring Quality el de EE.UU. que ya superó el millón
de dólares y la Spring Quality de mi pana César Paparoni que va invicta para el
Ferálico y Haras La Primavera. ¿Qué más quieren? ¿Quieren más? Como suele rezar
don Germán Balza Altuve, el presidente de la AHDP. Dios y La Virgen cuiden
siempre de esta campeona criolla que apenas está en sus preliminares en el
hipódromo local. No se extrañen, más temprano que tarde, si igual formara parte
de la promoción de esa maravilla llamada, y repito, Quality Road, por Elusive
Quality (Gone West) en Kobla por Strawberry Road, en Winglet, una Alydar que
desciende de Bold Bidder uno de los grandes hijos de Bold Ruler el padre de
Secretariat.
La madre de la
venezolana Spring Quality es Dulce Tone, que es por el clásico Empire Maker,
padre y abuelo de numerosos campeones, creo Piooneerof the Nile, Grace Hall,
Royal Delta, Acoma, Emolient, Bodemeister, entre los más sonoros. No tiene
precio.
Nos llegaba vía
tuiter reseñas de las clásicas selectas de noviembre, Keeneland por supuesto, a
unas cien millas del escenario de las Breeders. Nos recordó un poco el paseo en
auto por las interminables praderas y bellísimos bosques con sembradíos que
brillan al sol por el pasto azul, el “blue grass” tan famoso como la buena
tierra que la inmortal Pearl S. Buck pudo llamar de la misma manera como ellos dicen,
con reverente orgullo, donde el pura sangre es rey.
Había ya precios de
asombro mientras los rematadores cubrían el Libro Uno. Viene Lady Eli, vibraba
más o menos el tuiter de los grandes periodistas del The Daily Racing Form y el
The Blue Horse. Y muchos otros, gentes de talento y conocedores. Lady Eli en
turno.
Hacía tiempo que
ignorábamos los pasos de la campeona, ganadora invicta del Belmont Oak
Invitation y la Breeders Cup Juvenille Fillies, regularmente con Irad Ortiz y
el gran Chad Brown. Ganadora de diez y tres segundos lugares hasta su único
fracaso en la Fillies and Mare Turf que vi con Abrahan Cesín en Del Mar.
Lady Eli, se exhibía
como una reina en efecto, con preñez de War Front, mi preferido en un Kentucky
Derby donde no ganó, pero luego cobraría con creces en otras grandes carreras
para merecerlo todo este hijo del fenomenal Danzig. Mr. John Sikura pagó cuatro millones
doscientos mil dólares. Y se fue con ella, feliz él que es un mortal, igual que
tú y yo, pero sin parecernos ni ser iguales. Solo mortales, como todos los
hombres, misma cosa llana y simple dicha por Sócrates para hacerse él
precisamente inmortal, qué cosa, tan sencillo.
Y así salía al ring
de ventas una hija de una madre archiconocida. Better Than Honour, que tuvo la
gracia de dar tres campeones inolvidables para los récords del Belmont Stakes.
Rags to Riches, Jazil y Casino Drive. La ignorada Tiffany’s Honour, por Stry
Cry en Better Than Honour, para el alimento y fomento de pasiones, aparecía en
la engalanada escena con preñez de Medaglia d’ Oro, y Katsumi Yoshida se bajaba
con $2.200.000, como si nada. Queridos amigos y lectores. El hipismo es y será
siempre el mismo del que hablamos, como muchos otros que nos precedieron en la
que debió ser de descansada vida, tal vez de sueños, solo posibles en la mente
y los corazones ennoblecidos por la esperanza de una conquista sin guerras ni
espadas. ¿Cómo el amor? ¿Le fe en Dios? Probable. Tener un gran caballo o yegua
que te llene la mente y el corazón. Y, si esas gracias te las permites por el
esfuerzo digno y honrado, el tuyo, de tus padres o abuelos, no dudes ni un
instante en hacerte dueño. Los proverbios árabes sirven de muy buen ejemplo, en
tales casos.
Tomado de
Eloy Vielma @_cibernetico
¿QUIENES SON?
Parte de una buena historia medio olvidada. Algunos recordarán. No todos, en especial esa juventud entusiasta pese las dificultades de los tiempos. En otro momento les diré algo de esas gratas remembranzas.
BREVE HISTORIA DEL HIPISMO
NACIONAL
(Parte 2)
CRESPO Y SU 10 DE MARZO
Imágenes,
pues, cómo fue en la Caracas de los techos rojos y de la primavera eterna aquel
primero de marzo, cuando Crespo, sintiendo el aliento de un Páez, debía suponer
que aquella era la apoteosis del caballo,
que le es algo muy caro como hombre llanero y guerreador por libertades o, por el poder puro y simple.
La ciudad con su color y claridad primaveral
despertó como nunca tirando su careta provinciana para semejar una metrópoli.
Caracas tendrá su primer día de carreras de caballos, un espectáculo sin
precedentes que obliga a los mejores atuendos de domingo.
En
Santa Inés, o Villa Zoila, Crespo el supremo, es atendido por sus ayudantes que
le calzan sus máximas galas militares. Su esposa doña Ana Jacinta, rebosante de
joyas, semeja una reina de la corte imperial en el traje parisino. Van
agolpándose los landós lujosos frente a la residencia presidencial. Llega el
General Manuel Antonio Matos. Ministro de Hacienda y gran señor del Gobierno.
El coche, guarnecido de raso y brocados, parece insuficiente para doña María
Ibarra de Matos, cuya fulgente pedrería opaca a la de la propia presidenta o
primera dama de entonces, Misia Jacinta.
Crespo
inicia el desfile hacia Sábana Grande. La escolta es impresionante. El Consejo
de Ministros. Los altos jefes militares. El cuerpo diplomático y el alto clero
arquidiocesano.
Monseñor
Tonti, nuncio del Papa León XIII, y monseñor Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de
Caracas, reciben preferencia en la escolta. Una banda militar despliega sus
notas atronando en el aire, mientras pasa la caravana oficial.
Mr.
Allen Thomas ya está entre los primeros en el hipódromo. Él es plenipotenciario
embajador de los Estados Unidos. Igualmente en un tiempo figuró en la
nomenclatura clásica de la Rinconada y El Paraíso. Se adelanta para el saludo al
presidente Crespo. El general solicita del embajador que actúe como Juez de
Partidas. Todo un honor.
Aquella
tarde hubo cuatro carreras. La primera en distancia de mil metros fue el Premio
Cleveland, en homenaje al presidente Grover Cleveland, quien cumplía su segundo
periodo en la Casa Blanca. La bolsa para el ganador fue una fortuna, 1.200
bolívares y 120 bolívares para el segundo lugar. Ganó el caballo Contest
conducido por un jinete llamado A. Washburn con 57 kilos. Segundo fue Calixta y
tercero South Side, que sangró en carrera.
En
la siguiente de 700 metros ganó Vencedor y segunda fue Borinquén. En la tercera
se impuso Quiebra Cacho con Gladiador en el segundo lugar. En la cuarta,
Calixta. Que fue segunda en la primera carrera. Se desquitó ganándole a The
Coon en mayor distancia, 1.200 metros, para concluir la primera jornada hípica venezolana.
Esa
temporada de 1896 duró hasta julio y las actividades se reanudaron en 1987 cuando
comienza la temprana muerte. Así lo refiere el arquitecto y poeta Rafael Seijas
Cook, igualmente uno de los fundadores:
“Ignacio
Andrade, sucesor de Crespo, debuta con la epidemia varicosa, diezmando a
Valencia y metiendo en cintura la tranquilidad caraqueña, clausurando espectáculos, templos y escuelas. Su racha de mala pata
tiene su golpe de gracia el 16 de abril de 1898, cuando la Mata Carmelera mata
al gendarme necesario de su gobierno…El hipódromo, al fin, retorna a su cuna
primitiva: barbechos, gamelotales y veranos agotadores. Su tribuna esquelética sirve
de andamio a trepadores y reptiles”
El
9 de febrero de 1908 comienza la historia del hipódromo de El Paraíso, allí
donde hoy está el Parque de las Naciones Unidas. Una cancha deportiva y por la
parte sur, el Liceo Aplicación frente al Pedagógico de Caracas.
La
iniciativa fue de los hípicos de Sábana Grande y los que se sumaban. Construir el
hipódromo en la aristocrática zona, contó con el apoyo de don Gustavo J.
Sanabria. Gobernador Civil y Militar de Caracas.
Hubo
cinco carreras que, según quienes alcanzaron a verlas y dejaron las referencias,
fueron como una estampida cualquiera sin orden ni concierto. No obstante ese esfuerzo
debe tomarse como el punto de partida ya definitivo de lo que sería el futuro
hipismo nacional tan difundido de esos días y, hasta hoy. Con incontable número
de aficionados en todo el país.
El
Paraíso tuvo una primera etapa que se fue hasta 1928 cuando comenzó el
hostigamiento estudiantil (Generación del 28) contra el gobierno Gomecista. Las
temporadas eran cortas y con interrupciones. La más larga paralización duró
desde el dicho 1928 hasta 1932 y, desde allí en adelante, comenzó el paulatino
progreso hípico. La importación y cría de caballos. Formación de profesionales,
jinetes y preparadores y, el crecimiento de la afición que ya no era tan
aristocrática sino más bien popular.
Sobre
la idolatría de algunos caballos que son los reyes del espectáculo, y con la
formación de ídolos profesionales, como Pedro Emilio Yumar, Perfecto Antonio
Chapellín y Rómulo Francisco Méndez (los antecesores de Juan Vicente Tovar,
Gustavo Ávila y Ángel Francisco Parra) se van fomentando las carreras en El
Paraíso.
Tres
etapas signan el avance hípico. Desde 1932 hasta 1937, cuando los estelares del
espectáculo eran Santa Rita, Calígula, Petirrojo, Travieso, Anauco, Carache,
Marisela, Lanza Libre, Ciclón IV, Musolini, Kudi, Copper Venus, El Guárico,
Tetramella, Junín, El Bachiller y los inolvidables Tapatapa y Shirley Temple.
(CONTINUARÁ)
Buenas noches. Saludos amigo OSCAR. Mi Padre: PEDRO SUÑÉ, siempre me comentó sus anécdotas del hipódromo del Paraíso y comentarios del entrenador CARBONEL y el jinete QUIROGA a quienes contaba entre sus amistades... Grandes recuerdos... épocas de ORO.
ResponderEliminarGracias, buenos recuerdos.
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